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¿Por qué viajar a Granada en invierno?

Con casi sus 700 metros de altitud y la cercanía a la Sierra Nevada, las temperaturas de Granada pueden bajar hasta los 0 grados en invierno, con un frío seco que se puede sobrellevar sin problemas bien abrigados. A diferencia de la idea que se suele tener de las ciudades andaluzas, muy calientes y veraniegas, la provincia de Granada tiene su encanto también en invierno porque, gracias a su posición geográfica, regala la posibilidad de hacer diferentes actividades, como por ejemplo esquiar en la Sierra Nevada.

Granada en diciembre

Visitar Granada en diciembre es muy aconsejable, puesto que podrás vivir la bonita atmósfera navideña. En las calles se enciende el alumbrado de Navidad y la calle Bib-Rambla acoge a muchos puestecitos del mercadillo navideño. Aprovecha esta temporada para probar los típicos dulces navideños, junto a un chocolate calientes durante las tardes más frías. 

Granada en enero

Planear un viaje a Granada en invierno es una buena idea, puesto que puedes coincidir con las celebraciones de la llegada de los Reyes Magos y tomarte unos días para disfrutar de la Sierra Nevada. El Parque Nacional Sierra Nevada es el parque nacional español más extenso y además, el más al sur de Europa. Está bien conectado con la ciudad, gracias a varias líneas de autobuses diarios que llevan al Parque desde la ciudad de Granada y las demás provincias. Si te encanta la montaña y los deportes de invierno, es un lugar que no te puedes perder, puesto que cuenta con muchas escuelas de esquí, snowboarding y hasta pistas de patinaje sobre hielo

Granada en febrero

Durante el mes de febrero tendrás la posibilidad de visitar la ciudad en total tranquilidad y descubrir sus museos durantes los días lluviosos. Entre ellos destacan el museo de Bellas Artes, la Catedral de Granada y los lugares que marcaron la vida del poeta y dramaturgo granadino Federico García Lorca. En la capital se encuentra el Centro Federico García Lorca y en la provincia el Museo-Casa Natal. 

This article was originally published in ruralidays.com

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